Diario de Burgos
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Diario de Burgos
Muerto no ¡eliminado!
Aficionados al airsoft, disciplina similar al paintball, pasan días en montes de Sasamón, Belorado o Mazueco simulando operaciones militares
Un disparo de este ‘soldado’ aficionado al airsoft no causa ningún daño, ya que emplea como munición bolitas de plástico biodegradables.GUILLERMO RIVAS
MARÍA MENA
Se oyen pasos sobre la hojarasca, cuerpos que se arrastran, una linterna refleja el verde camuflaje de sus vestimentas, el hilo de voz entrecortado de una emisora de radio, noche oscura, el sonido de un cargador retumba, la metralleta, ¡pum, pum! Un disparo que no duele, pero que deja K.O. Extraño, ¿no?
Escenas como esta se repiten cada fin de semana en distintos montes de España: son los aficionados al airsoft, una disciplina similar al paintball, que nace en Japón en los años 80 y llega a España a principio de los 90. El ‘aire suave’ (literalmente traducido del inglés) es una actividad lúdico-deportiva que se basa en la simulación de combates usando réplicas de armas de fuego reales: marcadoras, que funcionan con bolas de plástico biodegradables de 6 milímetros. Los escenarios son similares a los de una guerra o una acción militar.
Los miembros del colectivo que se dedica a este pasatiempo, se suelen conocer por internet, en foros de videojuegos o simplemente indagando por la Red, en páginas relacionadas con el tema; forman grupos por distintas ciudades y juegan juntos o combaten entre ellos.
Todas las agrupaciones formadas, sin importar el tamaño, son reguladas por la Federación Española de Airsoft. Esta institución ofrece a las asociaciones que forman parte de ella una licencia federativa, que tiene como punto de partida una cobertura en materia de riesgos de responsabilidad civil y patrimonial, así como un seguro de accidentes exclusivo para este entretenimiento, y una serie de permisos entre los que se encuentran el del titular del terreno donde se va a desarrollar la partida y los cuerpos y fuerzas del estado, que deben estar avisados ante posibles llamadas de vecinos que vean la puesta en escena de esta actividad.
«Hay que llamar al cuartelillo de la Guardia Civil para alertar de que se va a desarrollar la actividad en sus alrededores. Aunque se tengan todos los permisos, es importante, porque necesitamos zonas de seguridad, zonas para probar las marcadoras...», declara Alberto Calvo, socio de la Sexta Patrulla de Airsoft. La SPA nació en Burgos y actualmente está formada por 7 miembros, de los cuales 3, los más veteranos, son socios, y los otros 4 aspirantes.
La federación también lucha para que esta actividad se regule, ya que existe un vacío normativo. Ni es legal, ni ilegal. «Pedimos que las marcadoras se designen como ‘juguete’ en el nuevo reglamento de armas, ya que se vende como tal», comentan sus participantes.
No hay límite ni en cuanto a la duración, ni en los tipos de partidas. «El juego te lleva hasta donde la imaginación te lo permita», explica Ignacio del Olmo, aficionado y socio de SPA; pero casi todas las representaciones se pueden agrupar en: MilSim o Simulación militar, que se juega estratégicamente, con el estilo de las unidades militares, se juega estratégicamente; y TacSim, con simulación de situaciones tácticas.
«HAY MUCHO INMORTAL». En lo que al juego se refiere, cada grupo pone sus normas, pero siempre con un vocabulario fijo: «No puedes decir ‘muerto’ cuando disparas a alguien, tienes que decir ‘eliminado’, así evitamos posibles malentendidos con gente que nos oye desde fuera», explica Alberto.
Normalmente, un disparo acertado conlleva la eliminación pero no hay nada establecido, pues una de las bases de esta práctica es la confianza y la honradez del jugador, ya que no hay manera de comprobar si alguien ha recibido el impacto de una bolita, «hay mucho inmortal y eso es lo peor del juego», se ríen.
En la provincia existen terrenos donde se practica esta actividad; alguno de ellos se encuentra en los términos municipales de Mazueco (sierra de Lara), Sasamón o Belorado, cuyos alcaldes apoyan esta modalidad lúdica, y ayudan en todo lo que pueden a quienes la realizan.
Los aficionados a este hobby aseguran que con él «se conoce a mucha gente y de muy variados lugares». Ellos están encantados de haber comenzado y esperan seguir muchos años practicándolo como un juego que te saca de la rutina, que te obliga a pasar un fin de semana distinto, rodeado de naturaleza y viviendo una aventura sin correr riesgos. «Al final, se busca llegar sano y sano para poder trabajar el lunes», concluyen.
Aficionados al airsoft, disciplina similar al paintball, pasan días en montes de Sasamón, Belorado o Mazueco simulando operaciones militares
Un disparo de este ‘soldado’ aficionado al airsoft no causa ningún daño, ya que emplea como munición bolitas de plástico biodegradables.GUILLERMO RIVAS
MARÍA MENA
Se oyen pasos sobre la hojarasca, cuerpos que se arrastran, una linterna refleja el verde camuflaje de sus vestimentas, el hilo de voz entrecortado de una emisora de radio, noche oscura, el sonido de un cargador retumba, la metralleta, ¡pum, pum! Un disparo que no duele, pero que deja K.O. Extraño, ¿no?
Escenas como esta se repiten cada fin de semana en distintos montes de España: son los aficionados al airsoft, una disciplina similar al paintball, que nace en Japón en los años 80 y llega a España a principio de los 90. El ‘aire suave’ (literalmente traducido del inglés) es una actividad lúdico-deportiva que se basa en la simulación de combates usando réplicas de armas de fuego reales: marcadoras, que funcionan con bolas de plástico biodegradables de 6 milímetros. Los escenarios son similares a los de una guerra o una acción militar.
Los miembros del colectivo que se dedica a este pasatiempo, se suelen conocer por internet, en foros de videojuegos o simplemente indagando por la Red, en páginas relacionadas con el tema; forman grupos por distintas ciudades y juegan juntos o combaten entre ellos.
Todas las agrupaciones formadas, sin importar el tamaño, son reguladas por la Federación Española de Airsoft. Esta institución ofrece a las asociaciones que forman parte de ella una licencia federativa, que tiene como punto de partida una cobertura en materia de riesgos de responsabilidad civil y patrimonial, así como un seguro de accidentes exclusivo para este entretenimiento, y una serie de permisos entre los que se encuentran el del titular del terreno donde se va a desarrollar la partida y los cuerpos y fuerzas del estado, que deben estar avisados ante posibles llamadas de vecinos que vean la puesta en escena de esta actividad.
«Hay que llamar al cuartelillo de la Guardia Civil para alertar de que se va a desarrollar la actividad en sus alrededores. Aunque se tengan todos los permisos, es importante, porque necesitamos zonas de seguridad, zonas para probar las marcadoras...», declara Alberto Calvo, socio de la Sexta Patrulla de Airsoft. La SPA nació en Burgos y actualmente está formada por 7 miembros, de los cuales 3, los más veteranos, son socios, y los otros 4 aspirantes.
La federación también lucha para que esta actividad se regule, ya que existe un vacío normativo. Ni es legal, ni ilegal. «Pedimos que las marcadoras se designen como ‘juguete’ en el nuevo reglamento de armas, ya que se vende como tal», comentan sus participantes.
No hay límite ni en cuanto a la duración, ni en los tipos de partidas. «El juego te lleva hasta donde la imaginación te lo permita», explica Ignacio del Olmo, aficionado y socio de SPA; pero casi todas las representaciones se pueden agrupar en: MilSim o Simulación militar, que se juega estratégicamente, con el estilo de las unidades militares, se juega estratégicamente; y TacSim, con simulación de situaciones tácticas.
«HAY MUCHO INMORTAL». En lo que al juego se refiere, cada grupo pone sus normas, pero siempre con un vocabulario fijo: «No puedes decir ‘muerto’ cuando disparas a alguien, tienes que decir ‘eliminado’, así evitamos posibles malentendidos con gente que nos oye desde fuera», explica Alberto.
Normalmente, un disparo acertado conlleva la eliminación pero no hay nada establecido, pues una de las bases de esta práctica es la confianza y la honradez del jugador, ya que no hay manera de comprobar si alguien ha recibido el impacto de una bolita, «hay mucho inmortal y eso es lo peor del juego», se ríen.
En la provincia existen terrenos donde se practica esta actividad; alguno de ellos se encuentra en los términos municipales de Mazueco (sierra de Lara), Sasamón o Belorado, cuyos alcaldes apoyan esta modalidad lúdica, y ayudan en todo lo que pueden a quienes la realizan.
Los aficionados a este hobby aseguran que con él «se conoce a mucha gente y de muy variados lugares». Ellos están encantados de haber comenzado y esperan seguir muchos años practicándolo como un juego que te saca de la rutina, que te obliga a pasar un fin de semana distinto, rodeado de naturaleza y viviendo una aventura sin correr riesgos. «Al final, se busca llegar sano y sano para poder trabajar el lunes», concluyen.
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