Recolección y secado de las plantas medicinales
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Recolección y secado de las plantas medicinales
Antes de recolectar cualquier planta hemos de asegurarnos de que la hemos identificado correctamente, y, en caso de duda, abstenernos de consumirla; las confusiones con plantas tóxicas pueden provocar, como mínimo, un disgusto.
No se recolectarán plantas para uso medicinal que crezcan al lado de las carreteras muy transitadas o en las cercanías de zonas de cultivo tratadas por herbicidas o plaguicidas, ni en zonas que veamos contaminadas.
El mejor momento para recolectarlas es por la mañana, inmediatamente después de que desaparezca el rocío, y sólo recogeremos los ejemplares limpios y sin polvo o tierra, pues las partes aéreas de la planta no se deben lavar (las raíces sí).
Las hojas se recolectan jóvenes pero totalmente desarrolladas. Las flores, abiertas y frescas. Los frutos, maduros. La corteza se desprende de las ramas más jóvenes; si no se indica lo contrario, en primavera de desprenden con facilidad. Las raíces y rizomas se desentierran cuando están completamente desarrollados. Si empleamos la planta entera (partes aéreas) la mejor época suele ser al principio de la floración.
Las plantas no se guardarán en bolsas de plástico, mejor en una cesta de mimbre para que comiencen a secarse de camino a casa.
Una vez recolectadas las plantas ha de procederse rápidamente al secado para conservar los principios activos y evitar que se destruyan por la fermentación. Normalmente se realizará a la sombra y en un lugar bien ventilado, colocando las hojas, flores, etc en una fina capa sobre un cedazo. Con las plantas enteras puede hacerse un ramillete y colgarse. Las raíces y rizomas no filamentosos se partirán por la mitad y los bulbos se cortarán en rodajas.
También se pueden secar con calor artificial. Las plantas o las partes de las plantas que contienen aceites esenciales (son aromáticas) pueden secarse a 35ºC como máximo; el resto pueden secarse a temperaturas de hasta 60ºC.
Como emplear las plantas Medicinales
A continuación detallamos cuales son los modos de preparar las plantas medicinales. Existen muchos más, pero estos son los más habituales.
Las tisanas
Las tisanas se preparan con ayuda de agua y se deben colar antes de tomarlas. Sólo hay tres tipos de tisanas: la infusión, la decocción y la maceración.
Infusiones
Se preparan echando agua hirviendo sobre la planta (hojas, flores o parte de la planta con propiedades medicinales). Se deja en el agua durante 5 ó 10 minutos y después se debe tomar enseguida, ya que muchos de los principios activos son volátiles. Podemos endulzarlo con azúcar o miel.
Decocción
En este caso se echa la planta en agua fría, se lleva a ebullición en un recipiente cerrado y se deja hervir un rato.
Maceración
Para las maceraciones puede utilizarse vino, alcohol o aceite. Se introduce la planta en un recipiente que contenga uno de estos líquidos (según lo indicado en el método de utilización de cada planta), se cierra y se deja reposar en un lugar fresco durante un periodo que puede ser unas horas, varios días o incluso semanas.
Otras preparaciones y modos de aplicación
Existen varias docenas de tipos de preparaciones con plantas medicinales que se pueden administrar de diferentes formas según el órgano al que se destinan. Estas son las más comunes:
Baño
Se prepara a partir de infusiones y decocciones, y se puede sumergir el cuerpo entero en una bañera; sólo partes, como pies y manos en una palangana; o aplicar los baños localmente, como en los ojos.
Compresas
Se emplea una gasa empapada en la preparación que se aplica sobre la parte del cuerpo que se quiere tratar y se mantiene bastante tiempo. Cuando rodea un miembro o una parte del cuerpo se le llama envuelta.
Cataplasma
Es una preparación blanda que se aplica sobre la piel durante unos minutos.
Gargarismo
Se suele preparar con una tisana sin endulzar y no se debe tragar. Se enjuaga la boca, garganta, amígdalas, faringe y mucosas para desinfectarlas y calmarlas.
Inhalación
La planta se echa en agua casi hirviendo y el paciente respira los vapores cargados de los principios activos de la planta. Normalmente se emplea para despejar las vías respiratorias.
Principios activos de las Plantas Medicinales
Las plantas producen y almacenan en sus cuerpos diversas sustancias. De éstas, las que se pueden emplear con fines medicinales se denominan principios activos. Normalmente, las plantas poseen varios principios activos, acompañados de otras sustancias sin valor medicinal. Con gran frecuencia, los principios activos de las plantas medicinales no se distribuyen de forma uniforme por toda la planta, sino que se acumulan en ciertas partes, como las flores, hojas, raíces o semillas. La cantidad de principios activos tampoco es siempre la misma. Puede variar en función del hábitat, de la época de recolección o del modo de preparación. Por eso es importante recolectar las plantas en la época del año adecuada y secarlas y prepararlas con sumo cuidado. Para lograr la máxima eficacia de las plantas medicinales, casi siempre es necesario prolongar el tratamiento durante varias semanas (por ejemplo 6 u .
Los principios activos que poseen las plantas son los siguientes:
Principios amargos. Los principios amargos pueden presentarse puros o acompañados de sustancias aromáticas o picantes. En general, los principios amargos desarrollan una acción tónica; además, estimulan la secreción de jugos gástricos, y son útiles en casos de falta de apetito, malas digestiones y debilidad.
Aceites esenciales. Son sustancias muy volátiles, de difícil disolución e agua, y están compuestos por docenas de sustancias diferentes. Casi todas las plantas contienen aceites esenciales, pero en herbolistería sólo se tienen en cuenta las que poseen una cantidad elevada. Éstas plantas se caracterizan por poseer un olor intenso y casi siempre agradable. Los aceites esenciales dota a las plantas de las siguientes propiedades medicinales: tonifican el aparato digestivo y el hígado, son diuréticas, antiespasmódicas, expectorantes y antiinflamatorias.
Alcaloides. Son sustancias muy activas y peligrosas, incluso mortales, por lo cual no deben emplearse. No obstante, se emplean mucho en preparados farmacéuticos. Algunos alcaloides son la atropina de la belladona o la morfina de la adormidera.
Taninos. Los taninos colorean de marrón rojizo los órganos de las plantas que los contienen, y se emplean para curtir pieles. Se suelen emplear como diarreicos y para tratar heridas.
Flavonoides. Se trata de un término genérico que se aplica a diversas sustancias que poseen la misma composición química de base. Su actividad y aplicación es muy variada, y depende de la cantidad y tipo de flavonas que posean.
Glucósidos. Los glucósidos, mediante hidrólisis, se desintegran en un azúcar y otra sustancia llamado aglucón. Las plantas poseen muchos tipos de glucósidos y su acción es muy diversa.
Mucílagos. Los mucílagos son sustancias que contienen hidratos de carbono y se hinchan con el agua proporcionando un líquido viscoso. Muchas plantas poseen mucílagos, pero sólo unas pocas lo tienen en cantidad suficiente para emplearlo terapéuticamente, por lo cual, en la mayoría de los casos los mucílagos en la intensidad de la acción del resto de los principios activos de las planta. Los mucílagos reducen las irritaciones.
No se recolectarán plantas para uso medicinal que crezcan al lado de las carreteras muy transitadas o en las cercanías de zonas de cultivo tratadas por herbicidas o plaguicidas, ni en zonas que veamos contaminadas.
El mejor momento para recolectarlas es por la mañana, inmediatamente después de que desaparezca el rocío, y sólo recogeremos los ejemplares limpios y sin polvo o tierra, pues las partes aéreas de la planta no se deben lavar (las raíces sí).
Las hojas se recolectan jóvenes pero totalmente desarrolladas. Las flores, abiertas y frescas. Los frutos, maduros. La corteza se desprende de las ramas más jóvenes; si no se indica lo contrario, en primavera de desprenden con facilidad. Las raíces y rizomas se desentierran cuando están completamente desarrollados. Si empleamos la planta entera (partes aéreas) la mejor época suele ser al principio de la floración.
Las plantas no se guardarán en bolsas de plástico, mejor en una cesta de mimbre para que comiencen a secarse de camino a casa.
Una vez recolectadas las plantas ha de procederse rápidamente al secado para conservar los principios activos y evitar que se destruyan por la fermentación. Normalmente se realizará a la sombra y en un lugar bien ventilado, colocando las hojas, flores, etc en una fina capa sobre un cedazo. Con las plantas enteras puede hacerse un ramillete y colgarse. Las raíces y rizomas no filamentosos se partirán por la mitad y los bulbos se cortarán en rodajas.
También se pueden secar con calor artificial. Las plantas o las partes de las plantas que contienen aceites esenciales (son aromáticas) pueden secarse a 35ºC como máximo; el resto pueden secarse a temperaturas de hasta 60ºC.
Como emplear las plantas Medicinales
A continuación detallamos cuales son los modos de preparar las plantas medicinales. Existen muchos más, pero estos son los más habituales.
Las tisanas
Las tisanas se preparan con ayuda de agua y se deben colar antes de tomarlas. Sólo hay tres tipos de tisanas: la infusión, la decocción y la maceración.
Infusiones
Se preparan echando agua hirviendo sobre la planta (hojas, flores o parte de la planta con propiedades medicinales). Se deja en el agua durante 5 ó 10 minutos y después se debe tomar enseguida, ya que muchos de los principios activos son volátiles. Podemos endulzarlo con azúcar o miel.
Decocción
En este caso se echa la planta en agua fría, se lleva a ebullición en un recipiente cerrado y se deja hervir un rato.
Maceración
Para las maceraciones puede utilizarse vino, alcohol o aceite. Se introduce la planta en un recipiente que contenga uno de estos líquidos (según lo indicado en el método de utilización de cada planta), se cierra y se deja reposar en un lugar fresco durante un periodo que puede ser unas horas, varios días o incluso semanas.
Otras preparaciones y modos de aplicación
Existen varias docenas de tipos de preparaciones con plantas medicinales que se pueden administrar de diferentes formas según el órgano al que se destinan. Estas son las más comunes:
Baño
Se prepara a partir de infusiones y decocciones, y se puede sumergir el cuerpo entero en una bañera; sólo partes, como pies y manos en una palangana; o aplicar los baños localmente, como en los ojos.
Compresas
Se emplea una gasa empapada en la preparación que se aplica sobre la parte del cuerpo que se quiere tratar y se mantiene bastante tiempo. Cuando rodea un miembro o una parte del cuerpo se le llama envuelta.
Cataplasma
Es una preparación blanda que se aplica sobre la piel durante unos minutos.
Gargarismo
Se suele preparar con una tisana sin endulzar y no se debe tragar. Se enjuaga la boca, garganta, amígdalas, faringe y mucosas para desinfectarlas y calmarlas.
Inhalación
La planta se echa en agua casi hirviendo y el paciente respira los vapores cargados de los principios activos de la planta. Normalmente se emplea para despejar las vías respiratorias.
Principios activos de las Plantas Medicinales
Las plantas producen y almacenan en sus cuerpos diversas sustancias. De éstas, las que se pueden emplear con fines medicinales se denominan principios activos. Normalmente, las plantas poseen varios principios activos, acompañados de otras sustancias sin valor medicinal. Con gran frecuencia, los principios activos de las plantas medicinales no se distribuyen de forma uniforme por toda la planta, sino que se acumulan en ciertas partes, como las flores, hojas, raíces o semillas. La cantidad de principios activos tampoco es siempre la misma. Puede variar en función del hábitat, de la época de recolección o del modo de preparación. Por eso es importante recolectar las plantas en la época del año adecuada y secarlas y prepararlas con sumo cuidado. Para lograr la máxima eficacia de las plantas medicinales, casi siempre es necesario prolongar el tratamiento durante varias semanas (por ejemplo 6 u .
Los principios activos que poseen las plantas son los siguientes:
Principios amargos. Los principios amargos pueden presentarse puros o acompañados de sustancias aromáticas o picantes. En general, los principios amargos desarrollan una acción tónica; además, estimulan la secreción de jugos gástricos, y son útiles en casos de falta de apetito, malas digestiones y debilidad.
Aceites esenciales. Son sustancias muy volátiles, de difícil disolución e agua, y están compuestos por docenas de sustancias diferentes. Casi todas las plantas contienen aceites esenciales, pero en herbolistería sólo se tienen en cuenta las que poseen una cantidad elevada. Éstas plantas se caracterizan por poseer un olor intenso y casi siempre agradable. Los aceites esenciales dota a las plantas de las siguientes propiedades medicinales: tonifican el aparato digestivo y el hígado, son diuréticas, antiespasmódicas, expectorantes y antiinflamatorias.
Alcaloides. Son sustancias muy activas y peligrosas, incluso mortales, por lo cual no deben emplearse. No obstante, se emplean mucho en preparados farmacéuticos. Algunos alcaloides son la atropina de la belladona o la morfina de la adormidera.
Taninos. Los taninos colorean de marrón rojizo los órganos de las plantas que los contienen, y se emplean para curtir pieles. Se suelen emplear como diarreicos y para tratar heridas.
Flavonoides. Se trata de un término genérico que se aplica a diversas sustancias que poseen la misma composición química de base. Su actividad y aplicación es muy variada, y depende de la cantidad y tipo de flavonas que posean.
Glucósidos. Los glucósidos, mediante hidrólisis, se desintegran en un azúcar y otra sustancia llamado aglucón. Las plantas poseen muchos tipos de glucósidos y su acción es muy diversa.
Mucílagos. Los mucílagos son sustancias que contienen hidratos de carbono y se hinchan con el agua proporcionando un líquido viscoso. Muchas plantas poseen mucílagos, pero sólo unas pocas lo tienen en cantidad suficiente para emplearlo terapéuticamente, por lo cual, en la mayoría de los casos los mucílagos en la intensidad de la acción del resto de los principios activos de las planta. Los mucílagos reducen las irritaciones.
Marcus Luttrell- Operador seal
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